Preparar Café Turco (Türk Kahvesi)

Uno de los motivos por los que escribo esta entrada es porque esta semana hemos tenido el gran placer de tener como invitada en Madrid a mi queridísima Yağmur, una de las mejores personas a las que pude conocer en Estambul y todo un símbolo de la generosidad turca. 


Para lo que, aprovechando la ocasión, y algunos de sus regalos: café turco en polvo, el cazo de Anatolia y delicias turcas (Lokum), le pedimos que nos preparara el famoso Türk Kahvesi para disfrutar en la sobremesa.

Pasos para preparar el perfecto Türk Kahvesi

Una de las cuestiones más importantes a tener en cuenta cuando se busca preparar café turco es la paciencia. Y es que, no se trata de coger el café molido, meterlo en la cafetera y esperar a que salga en cantidades industriales, sino que el perfecto café turco se prepara tacita a tacita y cuidando las cantidades y los tiempos.
Así, para preparar una tacita de café turco vamos a necesitar:

- Taza pequeña (la recomendada es la que generalmente aquí utilizamos para preparar café italiano. Es decir, cuanto más pequeña, mejor).
- Cazo (preferiblemente el cazo tradicional de Anatolia)
- Agua.
- Dos cucharaditas de café turco.
- Azúcar: aquí será común encontrarnos con que nuestro anfitrión nos consultará la cantidad que deseamos. 


Existen tres medidas diferentes:

Sade: Sin azúcar

Orta: Mediano

Sekerli: dulce

El primer paso a la hora de preparar nuestro café será echar el agua (la cantidad
correspondiente a la capacidad de la tacita que elijamos) en el cazo. Se añaden las dos cucharaditas de café junto con el azúcar al gusto y se remueve.
Lo llevamos al fuego y lo dejamos calentar mientras se continua removiendo lentamente. Es muy importante que el café no llegue a hervir, por un lado, porque rápidamente se saldría el contenido del cazo, y por otro, porque no es conveniente que el café quede con burbujas.


Una vez el café esté caliente, quitamos del fuego y ya podemos servir.


Es importante tener en cuenta que al café ya terminado no se le añadirá azúcar, ni se removerá una vez servido, puesto que esto supondría que se distribuirían los posos del café, lo cual haría que tomarlo fuera bastante desagradable.


El café no se tomará entero, sino que siempre habrá que dejar un resto al final, que es donde permanecen los posos. Y nunca se le añadirá leche. 


Una vez conocido esto, ¡ya solo queda disfrutarlo junto con las famosas Delicias Turcas! y, una vez terminado, ¡llevarlo a la adivina para que nos cuente nuestro futuro a través de los posos del café!


Truco: si, a pesar de haber añadido suficiente azúcar durante la cocción, consideras que el sabor sigue siendo fuerte, lo que puedes hacer para moderarlo es, a la hora de tomarlo, mantener en la boca un trozo de Delicia Turca o, en su caso, un terrón de azúcar (es el tipo de azúcar más utilizado en Turquía), mientras sorbes el café. De esta manera obtendrás un sabor más dulce.